Alfonso y Marta tenían un pequeño ático en una céntrica calle de Valencia. Era una vivienda vieja, muy compartimentada y oscura a pesar de ser la última planta.

"Era una pena ver este ático sin luz y con habitaciones tan estrechas. Decidimos crear un amplio salón comedor que estuviera unido a la cocina, y con una escalera de caracol que atrajera las miradas y diera carácter a la casa. Hoy pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en este espacio y resulta un lugar muy cálido. Lo que agradecimos durante la reforma fue la accesibilidad y profesionalidad de los técnicos encargados de la obra, el cumplimiento de los plazos y la correcta ejecución de todo. Realmente les apretamos en este aspecto, y el día que acordamos entrar estuvo todo como habíamos acordado."

"También destacaríamos la transparencia y exhaustividad en la fase previa de elaboración del presupuesto, son muchos los temas que se desconocen cuando te aventuras en una reforma y agradecimos la cercanía, comprensión y confianza que nos inspiraron."

"La obra fue todo un reto, en especial la conversión del piso en dúplex y sobre todo el escaso tiempo con el que se contaba, y el reto se cumplió.
Nos gusta la decoración. Ir transformando la casa con pequeñas joyas que vamos adquiriendo poco a poco, y este espacio amplio, sencillo y cómodo nos da esa libertad"